Cuando iniciamos un emprendimiento, muchas veces la motivación principal es la necesidad. Lo veo mucho con mis clientes: un despido, un divorcio, una crisis familiar, una enfermedad prolongada, o una pandemia viral, nos llevan a tener que cambiar el rumbo para generar recursos económicos.
La vida nos obliga a “cambiar la receta”.
Con poco presupuesto, con conocimientos técnicos limitados, pero con mucha pasión e ilusión, comenzamos un proyecto comercial, con la idea de que, eventualmente, podremos vivir de ello.
La cruel realidad es que un altísimo porcentaje de los negocios no sobreviven el primer año, eso en circunstancias “normales”, ahora imagínate cuál será la estadística ¡¡en plena pandemia!!
No te digo esto para desanimarte, ¡al contrario! Quiero darte algunos consejos que estoy segura de que van a serte de gran utilidad, ya que a lo largo de estos tres años que llevo como asesora para emprendedores y freelancers, he podido estudiar y validar cuáles son las estrategias más efectivas para el inicio de un proyecto de negocio.
Aquí van:
1. Identifica, registra y ajusta tus gastos personales.
Generalmente queremos que el negocio nos brinde el nivel de vida al que estamos acostumbrados, desde el primer día. Sin embargo, para que sea sostenible y pueda dar beneficios, nuestro negocio necesita que primero lo alimentemos, lo cuidemos y lo procuremos.
Si no generamos reinversión, si no mantenemos un correcto inventario de producto o materia prima, porque el dinero nos lo gastamos en otras cosas, no permitimos que se cierre el ciclo natural de flujo de efectivo. O como yo lo llamo “ordeñamos la vaca antes de que pueda producir leche”.
Lo recomendable es que inicies con la consciencia de que será necesario ajustar tus gastos y nivel de consumo, para permitir que el capital se vaya a donde, a la larga, dará más beneficio. Así que, si estabas pensando comprarte una nueva pantalla o celular, o tomar vacaciones, probablemente ahora no es el momento.
2. Revisa los costos de tu producto o servicio.
Por más que tengas el mejor producto, el servicio, los clientes te amen y vendas muchísimo, si tus números están mal calculados y tus costos están por las nubes, difícilmente tendrás un beneficio al final del mes.
Es lo que les pasa a muchos emprendedores que llegan conmigo, me dicen: “Sol, es que pago y pago y al final no me queda nada para mí”. Esto es muy triste, nos genera frustración y nos hace pensar que tanto esfuerzo y tiempo invertidos no están valiendo la pena.
El mejor remedio para esto es realizar un presupuesto. Es decir, un documento en el cual vas a desglosar todo lo relacionado con los ingresos, costos, gastos fijos y variables de tu negocio. De esta manera podrás identificar en qué rubros tal vez el dinero se está fugando.
3. Procura asignarte un sueldo y ajustarte a él.
Entre estos gastos que debes considerar en tu presupuesto, se encuentra tu sueldo. Asignarte una cantidad (fija o porcentaje) de salario te va a ayudar precisamente a lo que mencionábamos en el punto 1, que es: organizar tu economía personal y delimitar hasta dónde el dinero es tuyo o del negocio.
La idea es que le des suficiente tiempo a tu proyecto para que se estabilice y crezca, pero que, durante este proceso, puedas ir cubriendo tus necesidades personales.
Espero que esta información te sea de utilidad. Si tienes dudas, envíame un mensaje en el formulario de contacto y con gusto me comunico contigo.
¡Te deseo mucho éxito!